EL ALMA QUE MATASTE


César Yopla, estudiante de Derecho y periodista, colaborador de Red Interquorum Cajamarca, nos deja esta interesante novela corta, disfrútenla:

En mi corto recorrido por el complicado y hasta a veces triste camino de la vida, encuentro en aquellas complicaciones y tristezas, mis propias alegrías y soluciones acertadas a lo que yo llamo traspiés, es decir, siempre es posible para cualquier individuo encontrar su propio contraste en la vida, y yo encontré a un personaje que midió tan al milímetro el contraste del amor y el dolor que al final sus propios cálculos terminaron destruyéndolo y hasta traicionándolo, y aun cuando esto lo dejo en cenizas, volvió a encontrar el contraste entre el sufrimiento y la inmolación tanto así que decidió quedarse y simplemente amar, mientras del otro lado de la batalla los puñales que hieren mortalmente lo destrozaban a cada segundo.

Cuando lo oí por primera vez, al inicio me sorprendió la teoría que en papel me mostraba, porque era casi imposible de creer, y digo casi, por que a la vez tenia mucho sentido, pero al margen de que tuviera sentido, yo llame a esa predicción que traía consigo el argumento de sus locuras y sus ilusiones, a mi parecer mezcló ambas expresiones netamente sentimentales para aplacar el dolor de no haber encontrado a su amada aun cuando el tiempo, la luna y las estrellas mencionaban que ya debía llegar, yo lo vi llorar amargamente y con la impotencia de haber sido engañado por un alma abstracta que lo visitaba de tiempo en tiempo en visiones, y después de hablarle y consolarlo, lo dejaba dormido prometiéndole que en el día menos pensado la encontraría, pero le hacia recordar que cuando eso pasara, la predicción decía que ella llegaría con muchas dolencias en el alma y que él tenia que luchar cual caballero feroz por la persona que decía amar.


Un día, mientras yo caminaba por aquella avenida en la que los recuerdos parecen desvanecerse para evitar el sufrimiento, pegó un grito y me tomo por sorpresa, en su rostro veía una alegría totalmente fuera de lo común, pues él, no había sonreído nunca hasta ese día de aquella forma, la emoción que traía con él era tal que podía sentirse a metros de distancia, -“La encontré”- , grito con un brillo incomparable en sus ojos, es ella me dijo, y cuando me invito a que la viera, ¡por dios!, era ella, respondía a todas las características de su profecía, y me alegre por él, aunque esta vez no le recordé que tendría que batallar una guerra aun mas grande que un conflicto bélico mundial y lo peor es que no le recordé que tenia que luchar con un enemigo que no conocía.


Lo veía tan feliz de haber encontrado su tan prometida felicidad, los veía caminar juntos y creía que ambos ya no conocerían mas las sombras de la traicionera soledad, sin embargo, él nunca estuvo preparado para la guerra, y esta lo tomo por sorpresa, tanto así que en uno de los primeros siete días se vio obligado a derramar las lagrimas que ya no tenía y el dolor volvió a tocar la frágil puerta de su corazón, ella le dijo que no había razón para seguir y él no pudo decir nada en defensa de sus sentimientos y lo vi sufrir toda una tarde, pero me lleno de dicha ver que regresó cargado de alegría pues las cosas habían tenido por aquel día un final feliz.

Su felicidad tristemente volvió a durar muy poco pues mientras pasaban los días, ella que venia con el alma deseosa de venganza, decidió descargar todos o por lo menos la gran mayoría de puñales destructivos hacia él, mas él nunca le huyo a esos puñales, y me decía que si era por ella recibiría todos los puñales que el mundo tuviera, yo admire esa valentía pues quizá si ella lo hubiera sabido, nunca mas querría irse de su lado. Mas no vio o no quiso ver el esfuerzo que el hacia por ella, y tales fueron los puñales, que ella al ver que él se allanaba ante a sus hirientes palabras decidió irse tomando otro rumbo, él volvió al callejón de la desolación mas yo lo seguí para decirle que no la deje ir y que vaya detrás de ella, él fue, pero no porque yo se lo dije, sino por el amor que sentía hacia ella y cuando la encontró, la encontró llorando, no pudo soportar esa escena que quedo totalmente desolado, pero con muchas mas fuerzas para quedarse a su lado, las cosas parecían otra vez tener brillo.

Lamentablemente paso poco tiempo para que él se diera cuenta de la real situación, ella no lo quería con la misma intensidad de él, otra vez recordé que nunca se preparo para la batalla, pero ¿como librar una batalla con un enemigo que no conocía?, un pasado que el vio en el oráculo del tiempo, pero que creyó seria fácil de vencer, y claro el pudo vencerlo de una sola estocada, sin embargo, grande fue su desilusión al ver que ella se abrazaba a aquel pasado, fue ahí cuando lo vi desmoronarse cual castillo de arena ante la fuerza chocante del bravo mar, trate de consolarlo pero me dijo que no era necesario, que lo dejara así, que lo dejara ir con ese sufrimiento por el mundo, me dolió hacerlo pero el lo quiso así. Decidí entonces dejarlo sufrir interiormente pero a la vez resalto de él su gran empeño para no demostrar aquel sufrimiento externamente, era increíble verlo sonreír como si nada hubiera pasado, pero yo veía su interior y sus sentimientos estaban a punto de colapsar, tanto así que solo basto un filudo dardo del comportamiento de ella para verlo en un llanto incesante, mas no se quedo solo en llanto, cual fénix aguerrido se levanto de sus cenizas para seguir volando hacia la luz del sol.

Pero por ella no pudo evitar ver hacia atrás, y esta vez fue capaz de ver su sufrimiento, sin embargo se sintió débil de poder ayudarla ya que cada vez que a ella se acercaba su indiferencia terminaba debilitándolo pero esta vez cual valiente escudero no se movió ya de su lado y quiso decirle mas que nunca que la amaba infinitamente, pero el espíritu de venganza de ella le quito el habla, y aun así el no se fue, hasta que ella en un acto que hasta hoy no comprendo le pidió que se fuera y que volara muy alto, pero el no lo hizo y regreso una y otra vez, pero en uno de sus regresos pudo divisar a lo lejos la sombra de la traición, una telaraña que ella misma tejió; hasta hoy no entiendo como ella fue capaz de hacer eso con la persona que le juro amor verdadero. Él emprendió un vuelo rápido huyendo del dolor que ella le produjo, tan rápido que las alas de libertad que tenia casi se queman por volar tan cerca al sol pero increíblemente no la dejo de amar y peor aun, su amor por ella creció en magnitudes exorbitantes, sin embargo, un día no lo encontré por ningún lado, no supe mas de él, pregunte a diferentes entes místicos si lo habían visto pasar y nadie me dio razón, hasta que con cierto dolor y duda pregunte a la voz oscura de la agonía si lo había visto cruzar por el río de la desesperanza, y con una sonrisa cruel, me señalo un lugar detrás de una roca de rencores.

Corrí con desesperación a ver si se encontraba ahí, para mala suerte mía ahí estaba, y peor aun, me di cuenta que se estaba desangrando, y que la agonía se hacia mas notoria en su ser, con ira me di cuenta que ya no podía hacer nada por el, que aun cuando quiera salvarlo, tardaría mucho en llegar al alma de la misericordia para que le devuelva la vida, es así que tome en mis brazos su cuerpo agónico y casi sin vida, cuando llegue al recinto de la misericordia, esta intento de todos los modos volverle a dar algún soplo de esperanza, pero el no volvió, al contrario, se fue alejando mas y mas de este mundo, ni la misericordia ni yo entendimos porque no pudo volver, cuando de pronto, al revisar sus heridas, alguien dejo dibujado con sangre en su pecho la palabra venganza, decidí entonces volver al lugar donde lo encontré agonizando, y cuando llegue al lugar divise el puñal con el que fue acribillado y sin duda supe de quien era, pues su nombre estaba gravado en aquel filudo y mortal acero, era ella, ella lo apuñalo hasta dejarlo sin vida, ella lo mato y mato con el sus sentimientos, ella tubo que cometer el error de muchos en este cruel mundo, matar a la persona que la amaba, recogí el puñal rápidamente pues sentí el llamado incesante de la misericordia, él había vuelto y cuando llegue lo encontré aun dolido pero no volvió por mucho, me tomo de la mano y me pidió que le llevara un ultimo y único mensaje, dile que la amo, me susurro al oído, se lo diré, respondí, luego lo vi morir en el lecho de la desesperanza, su agonía duro poco y su espíritu dejo aquel cuerpo ya inerte. Me agradeció lo que hice por el y a la ves se fue con lo único que nadie en el mundo le podrá quitar, su sonrisa, nunca dejo de sonreír y nunca lo hará, finalmente después de unos minutos, se fue, y se que se fue a reunirse con el hermano que siempre y a la vez nunca conoció.

Yo lo vi morir e irse, yo lo vi sufrir, yo lo vi llorar por ella, y a la vez vi las sangrantes heridas que ella le provoco, su frágil anatomía ya no pudo soportar mas las saetas cargadas de odio, pero además la vi sufrir a ella, ver el dolor que traía consigo, vi además como él la entendió perfectamente pero a la vez vi que ella lo eligió como victima equivocada de su alma sedienta de venganza, nunca antes vi a alguien como él amar de esa manera, con tanta sinceridad, con tanta fé, con tanta esperanza.
Lo que mas me alegra de él es que se fue amándola y antes de morir prometió estar vigilándola en silencio y cual fénix brillante, cuando menos se lo imagine, el estará pensando en ella, cuando ella cree que esta sola, él estará con ella y antes de dejar esta dimensión me prometió que en el momento menos pensado él regresaría, pues a pesar que ella termino por destruirlo, solo destruyo un cuerpo, pero lo que ella nunca pudo, ni podrá matar será el amor que el sintió, siente y sentirá por ella.

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